De cualquier forma llega entonces su nuevo trabajo que lleva el nombre de la mismísima primera pieza musical que lo compone abriendo con el tacto instrumental características del virtuoso sueco. Si vamos a empezar las primeras objeciones podemos indicar algunos apuntes sonoros como la batería que si no viene sonando así hace tres álbumes al menos lo hace desde el anterior Spellbound (2015) y es entonces que estamos hablando de un trabajo superior, con eso no queremos decir que este es un mal álbum pero bajó considerablemente el nivel yendo esto a pique. Es todo muy repetitivo y opta por aburrir con solos muy parecidos lastimosamente, sabemos que es el disco en donde el sueco debe ir a primer plano pero especialmente el sonido de percusión aparenta muy robotizado y baterías electrónicas. El sinsabor es notable y la fórmula no funciona ya que no debe haber canción que sobresalga con los minutos pasados en el trabajo, ahora podemos apuntar que la vocalizacion de parte de él mismo guitarrista no es el fuerte propio ni del álbum en pistas no instrumentales. Sin mucha tela por cortar hay que cambiar la fórmula porque es inevitable el aburrimiento de repente en los últimos trabajos del "guitarrista virtuoso "y cumple apenas con un 2 de 5. Nota 2 media (Aceptable). Nadie duda de la calidad de músico cuando hablamos de Yngwie J. Malmsteen pero de que necesita un cambio en la manera de editar registros es de aconsejarle urgentemente.
Tracklist:
01. World on Fire
02. Sorcery
03. Abandon
04. Top Down, Foot Down
05. Lost in Machine
06. Largo
07. No Rest for the Wicked
08. Soldier
09. DUF 1220
10. Abandon (Slight Return)
11. Nacht Musik
